Desde que Shōkō Asahara ordeno atentar en el metro de Tokio el 20 de marzo de 1995, el silencio, la vergüenza y el dolor aparecieron en la vida de muchas personas en Japón. Para quien no sepa la existencia de Shōkō Asahara, diremos que es el líder espiritual de Verdad Suprema, una secta japonesa apocalíptica que unifica elementos budistas y cristianos. Si correcto, sigue vivo en alguna cárcel en Japón. Todos sabemos que las sectas, en mayor o en menor medida son destructivas, y digo que en mayor o menor medida porque según la definición de secta, es una doctrina religiosa o ideológica que se aparta de lo que se considera ortodoxo. Muchos han considerado religiones milenarias en sectas con una connotación negativa o destructiva solamente con el afán de eliminarla de la ecuación donde los poderes fácticos religiosos son los gobernantes.

Con esto, llega a mi poder, el libro de Haruki Murakami, Underground, donde, inconscientemente, Murakami hace un trabajo de periodismo que se sale de la linea general en la que el trabaja su literatura. Después de preguntar, charlar y escuchar todas las historias de las personas que están dentro del libro (algunas con apodos para que no se conozca su identidad), podemos comprender que este atentado en Japón otorgo de manera inhumana a sus victimas la categoría de atestado de la sociedad. Este atentado es visto de manera muy vergonzosa y humillante para el japonés medio, y como hemos comentado, en muchos relatos del libro, no se contemplan las identidades de muchos de los testigos. Solamente podemos leer los acontecimientos que rodearon a las victimas unas horas antes y después del atentado. El libro es una autentica representación de estos sucesos, y gracias a Murakami, podemos hacernos una idea de una forma mas personal sobre este atentado químico.

Aunque la historia Shōkō Asahara es tremendamente larga, podemos resumirla en que la secta Verdad Suprema fue una de las mayores sectas de todos los tiempo, tenia terrenos en Japón, armamento pesado, armas químicas, como después se demostró en el atentado del metro de Tokio y hasta tenían mas de 1.000.000.000 de dólares en capital bancario. Shōkō Asahara fue detenido unos alis después de los atentados por la policía nipona.