Ante las críticas de algunos conocidos, exponiéndome sus ideas e impresiones de la naranja mecánica, me ha sorprendido que muchos no hayan visto la película por miedo, terror, pavor o sobre el aura que rodea a este film.

En la gran mayoría de los casos, han desparramado un sin fin de obscenidades sobre la película; que si es horrible…, no la volvería a ver…, es espantosa…, etc. Yo en cambio, tengo una opinión propia al respecto. Y a día de hoy sigo pensando que es una obra maestra del cine, y al escuchar estos comentarios me sentí desubicado e incomprendido. El concepto de la película, el montaje, la época en la que se estrenó, la fotografía, y como no, a Kubrick detrás, hacen a la naranja mecánica una obra maestra del séptimo arte.

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Todo proviene del libro “La naranja mecánica, una novela de Anthony Burgess“. Un libro, subjetivamente hablando, tremendamente complicado de leer, aunque es considerado una joya literaria. El director (Kubrick) que pudo plasmar en la gran pantalla una obra tan compleja, llena de demonios que nosotros mismos creamos como la violencia, la violación, el asesinato, las drogas, la locura, etc. En cierta manera, la mente crea sin parar para poder demostrar al público en general de que se compone la mente.

A lo largo de mucho tiempo, me he dado cuenta de que hay muchas cosas que conocer, interpretar y deducir, y no todo se aprende en la vida, los libros y las películas, aunque son una gran fuente de conocimiento si se sabe entender correctamente, esa es una deducción lógica a la que creo, que todo el mundo ha llegado en algún momento. Y en la naranja mecánica uno aprende que es la ultraviolencia y que puede ser algo comprendido pero no aceptado.

Creo recordar, en mi adolescencia, que esta película fue la primera película que conscientemente me marcó. Ya, en mi entorno, me habían hablado de ella, y me habían aconsejado de no verla, porque era tremendamente fuerte. En definitiva, al terminar de verla, concluí que era muy fuerte para el público en general, pero yo siempre he sido poco escrupuloso. Me hizo pensar, sobre todo eso, pensar, y llegué a concluir que era muy reveladora (existen películas actuales y pasadas mucho más violentas que la naranja mecánica). Comprendo que para el momento de su proyección (1971) fue un gran impacto, hoy en día, cada vez que la veo llego a la misma conclusión, es una obra maestra.

La película en sí me fascinó tanto que estuve indagando con una multitud de preguntas como:

¿Cómo podría existir gente en este mundo que le gustara maltratar, golpear, violar, robar y encima que le gustara y no se sintiera mal?, ¿acaso este tipo de personas tienen un problema mental grave, un trastorno que les haga disfrutar de este tipo de cosas?, ¿se puede reconocer el mal en una persona?, ¿acaso puede ser un síntoma de inteligencia el tener síntomas ultraviolentos como puede ser el caso en la ficción de Hannibal Lecter?

En la película, los trastornos psíquicos de los protagonistas son muy evidentes, la representación de Malcolm McDowell fue y sigue siendo un icono en el mundo del cine. Su expresión, su locura, su mirada, nos invadía y pensábamos realmente que estábamos en la película, fue una representación de Óscar. Después de comerme la cabeza durante años, llegué a la conclusión de que cierta ultraviolencia en la sociedad, es un arte incomprendido (haciendo referencia a que el arte es: la virtud, disposición y habilidad para hacer algo), pero no es arte el dolor o el sufrimiento. Pero Kubrick consiguió en esta película llegar a lo alto del cine.

Kubrick puso integrar al gran Beethoven en la película de tal manera, que es su élter ego donde se compenetran de tal forma, que consigue llenar todo el film.

La ultraviolencia es un acto perfecto, es algo que tenía que palpar, tocar y escenificar. La buena voluntad de las personas en ciertos casos es un hecho, y en esta película comprendí que puede existir un mundo nuevo y contemplar la posibilidad de llegar a disfrutar de la locura, de la violencia, de la razón no razonable y sobre todo hacerlo de manera consciente me abrió un poco la visión tan cerrada que tenia al pensar que la violencia, las guerras, el robo, el asesinato, no eran más allá que algo malo, lo son, pero con un trasfondo negro, lleno de polución y sangre roja. Todo esto, desde un punto de visto cinematográfico y viéndolo desde un punto de vista alejado. No se habrán hechos miles de films contemplando el drama de las guerras y la locura de sus líderes, y en esta película, hace referencia a la locura de la violencia en su parte más cruda.

Antes de ver la Naranja Mecánica, no sabía que era el tratamiento Ludovico. Pero más me impactó cuando en el film, el tratamiento hacia efecto y el protagonista empezó a sentirse mal. En el momento cumbre de la película, los “doctores” empezaron a poner a Beethoven cuando el protagonista estaba con el tratamiento, el entró en rabia, furia y pidiendo casi clemencia para que quitaran esa canción, ¿conclusión?, Alex comprendía el tratamiento y quería ser curado, pero el arte, la música y la belleza de la vida no deberían ser corrompidas ni subyugadas a la razón de la ultraviolencia.

En fin, siempre me ha gustado esta película y sobre todo el libro, aunque siempre he pensado que hay que leerse esta novela 1000 veces para comprenderla en su totalidad. Con esto, una pequeña reflexión de lo que pienso de la película.